22 de junio de 2006

EL HOSPITAL DE QUEILEN


Según los libros que hemos leído, se dice que antiguamente, antes de que exista el Hospital, el practicante don Cayetano Mella (Q.E.P.D.) arrendaba una casita, en la cual atendía a los pacientes y entregaba la leche para los niños. En una visita de aquel entonces candidato a Presidente de la Republica Don Salvador Allende, le pregunto a un caballero de Aituy si lo podía acompañar a Queilen y le consulto donde quedaba el Hospital, el contesto en una casita que arrienda el practicante, el Sr. Allende sorprendido le dijo que como podía se que los Queilinos fueran tan dejados y no se preocupaban por la salud, y les regalo diez mil pesos para que comenzaran la construcción del Hospital, la gente sacaba madera de sus campos y ayudaban a la construcción del Hospital.

En ese tiempo no existían matronas apenas una enfermera que atendía a los niños y les entregaba la leche, por eso cuando habían partos la mayoría se atendían en las casas y existían señoras que les llamaban “parteras”, como la señora Cañe Mansilla, quien una vez le toco atender un parto de mellizos, como no podían nacer las guaguas mandaron a buscar un avion para el traslado de la señora al Hospital de Castro, pero mientras esperaban en la cancha de aviación nacieron los mellizos y le toco a la partera atender el parto.

También existían una personas que se le llamaban “amarradoras de Huesos” o “componedoras” una de ellas fue la señora Zoila Subiabre Oyarzun, ella atendía a los quebrados de pierna, de mano, etc. Le ponía una cosa que parecía yeso, que le llamaban Bilma, esta pasta lo hacían con huevo y harina, cuando el hueso salía del lugar para poder acomodarlo, en un recipiente se ponía una piedra caliente con agua, y se sobaba el hueso hasta estar blandito y ahí lo ponían en su lugar, había gente que se desmayaba del dolor pero después quedaban sanos y ni se les notaba la quebradura.

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